El día amaneció gris plomizo, amenazando lluvia para la gran cantidad de aficionados que se congregaron en Melendo, pero después de un año sin poder realizar la montería a causa de la pandemia, ni el agua ni el frio iba a malograr esta jornada de caza para los monteros que tenían ganas de volver al monte.

A las 8,30 h comenzaron a congregarse los primeros monteros en la casa de Melendo, donde tras degustar unas típicas migas manchegas para cargar las pilas para lo que se les venía encima, entablaron sus primeras conversaciones a la espera de que la suerte les acompañara en el sorteo y les toque uno de los mejores puestos. 

Una vez la directiva realizo el sorteo de los puestos donde se instalará cada cazador junto con cada responsable de cada armada volvían las charlas para comentar el puesto que le había tocado en suerte a cada cazador a la espera de que los responsables de las armadas organizaran la subida a los puestos 

En torno a las 11 h tras recibir las últimas indicaciones referentes a la seguridad de la montería los cazadores salían organizados con cada responsable para conformar las 7 armadas compuestas de 70 puestos con la emoción de ver que les deparaba el día de caza y ver si conseguían el premio de poder abatir un buen trofeo ayudados en todo momento por las 19 realas que componen la montería con sus respectivos perreros para que todo esté controlado.

En la montería se podrán abatir ciervos, excepto hembras y baretos, jabalís, arruís y muflones todo bajo las leyes establecidas para las monterías. 

En torno a las 15,30 h finalizará la montería y se procederá a la recogida de las reses que se hayan abatido para su posterior recuento, para terminar con la degustación de unas judías con las que reponer fuerzas donde los monteros intercambiaran impresiones acerca del día, para posteriormente dar por terminada la montería hasta la siguiente edición del 2022.

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